Luculo, el gourmet de la Roma clásica
Lucio Licinio Luculo nació hacia el año 110 a.C. (104 a.C. según otras fuentes). Sirvió a las órdenes de Sulla en la guerra civil de 90-88 a.C., y le apoyó contra Mario en la marcha sobre Roma del año 88 a.C. Continuó a las órdenes de Sulla, hasta que éste murió en el año 78 a.C.
Luculo llegó a cónsul en el año 74 a.C., y se le confió la dirección de la guerra contra Mitríades, rey de Ponto Euxino. La campaña, aunque con diversos avatares, fue exitosa, pero una sublevación de sus tropas, unida a la excesiva duración de la campaña, llevó al Senado romano a relevar a Luculo del mando, acusándole (no sin razón) de usar la campaña en beneficio propio. El mando fue confiado a Pompeyo, que terminó la campaña y consiguió la gloria que era debida, en gran parte, a nuestro Luculo.
Las acusaciones de rapiña y enriquecimiento, no eran infundadas, porque Luculo volvió de la campaña riquísimo, convirtiéndose en una de las mayores fortunas de Roma.
Desde el 66 a.C., año en el cual fue retirado del mando, Luculo se dedicó a hacer vida privada en Roma. Se construyó una espectacular mansión en el monte Pincio, de la cual hoy sólo se conserva la parte llamada «Horti Lucullani» o Jardines de Luculo.
El lujo y la opulencia que le rodeaba, era de tal magnitud, que se convirtió en el paradigma de la exquisitez y el refinamiento. La palabra inglesa «luxury» (no confundir con nuestra lujuria), que se emplea para expresar lujo, refinamiento y exquisitez, deriva de «lucullian» o luculiano, adjetivación del nombre de nuestro personaje.
Casi a diario celebraba opíparas cenas, en alguno de los doce comedores de que disponía su mansión. Este es el origen de la expresión «cenas luculianas». La exquisitez en la mesa era inseparable de fomento de la cultura. Luculo armó una excepcional biblioteca, que abrió al público, convirtiéndose en centro de reunión de las personalidades de la cultura romana, especialmente los filósofos.
La anécdota más conocida de Luculo da origen a la frase «Luculo cena en casa de Luculo». Nos ha llegado a través de las «Vidas paralelas» de Plutarco, que es la única biografía de Luculo de que disponemos. Esta frase se usa para indicar que un exquisito en la mesa lo es en todo momento, sin necesidad de tener invitados, y que un epicúreo lo es de corazón, y no por aparentar. La anécdota, según Plutarco, es la siguiente: Una vez que cenaba sólo, sin tener ningún invitado, le sirvieron una cena mediocre, él, llamando a su mayordomo le reprendió. El mayordomo se excuso diciendo que como no había ningun invitado no había creído necesario servir una cena más suntuosa. Luculo respondió «Entonces, ¿no sabías que Luculo cenaba con Luculo?».
Otra anécdota relatada por Plutarco es la siguiente: estaban paseando juntos Cicerón y Pompeyo, cuando se encontraron con Luculo (Pompeyo y Luculo, a pesar de algunas divergencias en el momento del relevo del mando de Asia menor, no mantenían malas relaciones. En cuanto a Ciceron era íntimo de Luculo, y le dedicó el segundo libro de sus «Academica», pero era enemigo de los epicúreos, por lo que siempre intentaba burlarse de Luculo y de su modo de vida.). Ciceron le pregunto si era momento oportuno para pedirle un favor, a lo que Luculo contestó que por supuesto. Entonces Ciceron le planteó que su deseo era que Luculo les invitará a cenar, pero solamente la cena que tenía preparada para sí mismo. Cogido por sorpresa, Luculo solicitó hablar antes con sus criados, pero sus amigos no se lo permitieron, porque podría cambiar las ordenes que tenía dadas. Luculo entonces pidió permiso para decir a los criados sólamente que cenaría en el salón de Apolo (uno de los doce comedores de su mansión), lo cual le fue concedido. Con este ardid consiguió organizar una cena digna de sus huéspedes, puesto que sus criados sabían, por el comedor que se usaba, cuanto se debía gastar en la cena. Luculo tenía estipulado un presupuesto para cada comedor, y el de una cena en el Apolo suponía 50.000 dracmas: una auténtica fortuna.
Luculo es conocido también por haber sido el introductor del cerezo en Europa, trasplantándolo del Ponto Euxino a la Península Itálica.
Su obra literaria consiste en una historia en griego que escribió en su juventud y que se ha perdido, y una historia de las guerras de Asia Menor, redactada en los últimos años de su vida.
Luculo murió entre los años 58 y 56 a.C. Según la leyenda, de resultas de ingerir un filtro amoroso que su mayordomo Calístenes le suministró en cantidad excesiva, con la esperanza de despertar la vitalidad del anciano Luculo. El caso es que murió de una apoplejía, siendo largamente llorado por el pueblo, que tenía en él a uno de los personajes más populares y apreciados de Roma.
Nota: hemos adoptado la forma ortográfica «Luculo» en vez de «Lúculo», por seguir los dictados de la etimología (Lucullus en latín), que indica que ésta sería la forma correcta.
Plutarco. Vidas paralelas. Barcelona : Planeta, 1990-91
Keaveney, Arthur. Lucullus: A Life. Routledge, 1992
Church, A.J. Lucius, Adventures of a Roman Boy. Biblio & Tanne (reimpresión), 1885
Resultó muy interesante conocer un poco de la vida y forma de entender la gastronomía por parte de los clásicos. Gracias.
ME GUSTARÍA SEGUIR VIENDO TODO LO RELACIONADO CON LA COMIDA INTERNACIONAL LO MEJOR DEL MUNDO.
Batallé para encontrar información del que se considera el padre de los gourmettes. Los datos ofrecidos sobrepasan mis expectativas. Lo agradezco infinitamente. Me apena mucho que su fortuna tenga orígenes turbios e ilegítimos. Hecho tan común hoy día, sobre todo en México, mi país…¿Es verdad que el fue el autor de la frase: «Si el puerco volara», refiriéndose a su sabor…
¡Saludos amigos!. hace,30 años, trabaje en el hotel paraíso Radisson, ahí estaba el encargado del restaurante, de Nombre Maciel, de entre muchas pláticas de gastronomía, una ocasión, había en el menú, crema de frijoles negros, comento que así la consumía Loculo, una especie de General Romano, ahí, va la receta, crema de frijoles negros, acompañada de tortilla Juliana, queso fresco, y un poco de crema acida, ummm, deliciosa, felíz día.
Me encantaria conocer esos paisajes paradisíacos tan frescos contanta belleza naturales sin mas que expresar en tan poca exprecion de haber apreciado por imformacion de videos y lectura en internet