El pintor Francisco Barrera y los productos de temporada
Existe entre los profesionales de la gastronomía una gran variedad de tendencias culinarias marcadas por el país o región donde han nacido, por los maestros de quienes han aprendido y, sobre todo, por la iniciativa y gusto personal. Sin embargo, todos ellos coinciden en que los productos utilizados para elaborar sus platos deben ser de calidad, frescos y de temporada. Las exigencias del público, a pesar de la gran variedad de gustos, también coinciden en la calidad de los productos consumidos. La cocina, tanto la tradicional como la de autor, adora los productos de temporada y espera con paciencia el momento preciso para deleitarse con verduras, caza, setas, frutas, etc…
Si en la Historia de la Pintura, el bodegón es el género más relacionado con el mundo de la gastronomía, el pintor que mejor ha reflejado en sus cuadros los productos de temporada es, sin duda alguna, Francisco Barrera.
Francisco Barrera ( Madrid 1595?- 1658) fué un pintor muy famoso en su época, siendo uno de los pintores de tienda con mayor actividad en la primera mitad del s. XVII, disfrutando de gran estimación y prestigio. Sin embargo, en la actualidad, tanto su obra como su biografía son practicamente desconocidas.
El pintor ha sido más conocido por el llamado «Pleito Barrera» que por su propia obra. En 1640 ganó un pleito sobre la imposición de derechos y alcabalas que obligaban a pagar a los pintores por estar considerados como artesanos (1% de las ventas). Barrera demostró que el trabajo de pintor era intelectual y no artesanal, equiparándolo con el de los escritores que estaban exentos. En 1638 , Barrera debía a la Real Hacienda ochocientos reales por las ventas del ejercicio 1637, siendo el pintor que más obras había vendido por encima de Velázquez y Carducho que adeudaban cuatrocientos reales cada uno.
Al día siguiente del fallecimiento de Barrera ,sus yernos ordenan que se haga tasación e inventario de sus pertencias. Gracias a este inventario sabemos que trató diferentes temáticas en sus obras: flores, paises de diferentes tamaños, pintura religiosa, retratos, etc. Sin embargo, las pinturas que conocemos en la actualidad son exclusivamente naturalezas muertas que representan en casi todos los casos estaciones o meses del año. Las más conocidas y que sabemos que pertenecen a Barrera con toda seguridad son: «Las cuatro estaciones» del Museo de Bellas Artes de Sevilla, «Naturaleza muerta con un cesto lleno de uvas» de la Galeria degli Uffizzi de Florencia, «Mes de Julio» de la galería Strodoceska de Praga, «Mes de Febrero» de la colección Arango, «Mes de Abril» de colección particular, «Naturaleza muerta de caza con escopeta» de colección particular y «Naturaleza muerta con copa Nautilus«. Debido a la gran producción de Barrera, nos hace pensar que existen gran cantidad de obras inéditas en colecciones particulares. También sabemos que trabajo en las obras del Palacio del Buen Retiro.
Las cuatro estaciones. La serie «Las cuatro estaciones» fué pintada por Barrera en 1638 y se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. La estructura de los cuatro lienzos es similar: una alegoría con un paisaje que nos indica en que estación del año nos encontramos y un estrado repleto de productos propios de la temporada. Es la obra más importante de Barrera y en ella se pueden apreciar influencias del gran maestro del bodegón español Juan van der Hamen, así como de la pintura flamenca e italiana de la época. Esta obra constituye uno de los más importantes testimonios del bodegón español ya que en el se reflejan todos los alimentos que se consumen a lo largo del año.

La Primavera. Está representada por Flora, diosa de las flores, y entre los alimentos vemos patos, tórtolas, cordero, congrio, lampreas, bacalao, salmón, anguilas, arenques, espárragos, coliflor, alcachofas, zanahorias, habas, puerros, cerezas, manzanas y requesón. Al fondo se ve un palacio que puede representar al del Buen Retiro donde Francisco Barrera realizaba por esas fechas trabajos de decoración.
El verano. Un muchacho con una gavilla de trigo sobre los hombros simboliza El Verano. Entre los alimentos vemos liebres, pájaros, un pato, truchas, gallinas, fiambres, jamón, empanadas, repollos, berenjenas, manzanas, ciruelas, higos, barquillos, miel y una jarra de limonada. Al fondo, vemos actividades estivales: una merienda campestre, baños en el río y campesinos recolectando trigo.
El Otoño. La representación de El Otoño gira alrededor de la vendimia. En primer plano un joven coge uvas de una parra y las carga en un borrico mientras, al fondo, un grupo de personas vendimia un campo de viñas. En el estrado vemos caza, pesca y frutas propias de la estación otoñal: conejos, aves, tencas, uvas, manzanas, granadas, melocotones, peras, cardo, repollo, ajos, cebollas, pimientos y una jarra posiblemente llena de vino.
El invierno. Un árbol nevado al fondo y un anciano calentándose las manos en la lumbre nos indican que estamos en El Invierno. La matanza está representada por un cerdo abierto en canal y embutidos colgados. También vemos pollos, repollos, zanahorias y un pavo, así como rosquillas, mazapanes, turrón, almendrados, naranjas,manzanas y una ollo para hacer mermeladas y compotas.
* SARLAT PONS, Salvador. Francisco Barrera: Aproximación a su biografía. Archivo español de Arte. 1995, 68 (271): 285- 298.
* STEPANEK, Pavel. Alegoría del mes de Julio, de Francisco Barrera. Archivo español de Arte. 1984, 57 (228): 375- 378.
* MORENO MENDOZA, Arsenio; PAREJA LÓPEZ, Enrique; SANZ SERRANO, Mª Jesús y VALDIVIELSO GONZÁLEZ, Enrique. Museo de Bellas Artes de Sevilla. Tomo II. Ediciones GEBER S.L. 1991. ISBN 84-7566-027-4.
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